Los sismos, jueces de la honestidad arquitectónica

Ha pasado una semana del sismo del 19 de septiembre, apenas regresábamos a nuestras actividades después del simulacro en conmemoración del sismo vivido 32 años atrás, en esta misma ciudad que hoy me cobija y en un año en el que aún no nacía, 1985.

Parecía imposible que ocurriera otro desastre similar el mismo día, la alarma sísmica que siempre tememos escuchar no nos atemorizó, porque la estábamos esperando, había calma, orden y risas.

El sismo comenzó a las 13:14 horas, la alarma no sonó a tiempo, pero igual nos sacudió y de pronto, quienes tuvimos suficiente suerte, agradecíamos estar vivos, el México preocupado por Chiapas y Oaxaca, los estados más rezagados en términos de construcción en el país, y que unos días atrás sufrieron los embates del sismo más fuerte registrado en la historia de México, ¡Se nos fueron de la mente! Ahora estábamos preguntando a nuestra familia, amigos y vecinos si se encontraban bien, volteando a ver a la CDMX, Puebla y Morelos, que entraron en caos, las calles se llenaron de voluntarios, donamos víveres, organizamos brigadas, compartimos información. Eran las 14:00 horas y no había memes, algo estaba pasando, México de verdad estaba herido.

Desde pequeña escuché hablar de ese sismo, el que arrasó con la Ciudad de México, aun habiendo crecido en Chihuahua todos conocíamos la historia, fuimos parte de esa memoria colectiva, sin embargo, para mi no era más que un triste recuerdo que guardaba mi país, de esos sucesos de los cuales oyes hablar y piensas, qué triste, debe haber sido muy feo estar ahí… pero no lo sientes igual.

Mucho se ha hablado de la intensidad del sismo del 19 de septiembre, todos sabemos que los estragos no son comparables con lo vivido en 1985, pero hoy entiendo ese sentimiento de angustia, frustración y tristeza, ese miedo a cerrar los ojos por las noches, o a que te agarre durmiendo, lo acabo de vivir con el del 23 de septiembre, esa incertidumbre, esas ganas de ayudar, ese orgullo de ser mexicano y esa pregunta que muchos nos hacemos ¿Cómo sucedió esto, si vivimos en una ciudad con normas constructivas específicas para evitar derrumbes tras un sismo?

Hay vida

Los daños son diez veces menores, pero no menos dolorosos, estas normas constructivas se reforzaron en 1987 y fueron actualizadas en 1997, incluyendo los tres tipos de suelo predominantes en la ciudad de México, de manera que muchos entendemos el derrumbe de edificaciones viejas, pero cuestionamos el de todas aquellas realizadas en años recientes y bajo esta estricta normatividad. 

De acuerdo las Normas Técnicas Complementarias para Diseño por Sismo de la CDMX, adicionales al Reglamento de Construcción, un edifico debe resistir un sismo de la magnitud máxima probable, es decir, de al menos 8.1, en función de los datos históricos de México, con la posibilidad de presentar daños estructurales, pero sin afrontar un colapso. Entonces, nos preguntamos ¿Será tiempo de reforzar nuevamente estas normas?, ¿Quiénes son y dónde están los responsables de las construcciones posteriores al ’85 que fallaron?

Desafortunadamente vivimos en un país corrupto, ocupamos el lugar 103 de 175 países catalogados como tal, y pareciera que no pasa nada si se da una mordida para agilizar un trámite, liberar un permiso, permitir la construcción de más niveles o con un tipo de uso de suelo distinto al autorizado. Hace unos días comprobamos lo que ya sabemos, pero no queremos ver, que estos actos cobran vidas.

En julio de este año se realizó la primer Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental de Empresas (ENCRIGE), publicado por el INEGI, donde se catalogan de la siguiente manera los actos de corrupción, que actualmente corresponden al 9% del PIB del país, y la construcción ocupa el primer lugar en los sectores más vulnerables, de acuerdo a Deloitte.

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Es tiempo de concienciarnos y actuar, no solo en la CDMX, sino en las demás entidades que han sido afectadas, y lograr la extensión de estas normas constructivas hacia el resto del país. México es altamente sísmico, Se vuelve de suma importancia la aplicación de las normas y la ética profesional.

Poco a poco la ciudad ira volviendo a su ritmo habitual, pero tomará mucho tiempo recobrar la tranquilidad, hoy muchos se preguntan dónde vivirán o si podrán recuperar algo de lo que fue su patrimonio, recordemos que en un mes o seis, seguirá habiendo gente que requiera de nuestra ayuda, mucha gente ha sido evacuada y se encuentran en refugios, con amigos o familiares, esperando un dictamen para saber si pueden o no regresar a sus viviendas, además del riesgo que estás edificaciones representan para los vecinos y transeúntes, colegas, continuemos apoyando con las revisiones de edificios dañados.

Actualmente existe una campaña, #ConstrucciónSinCorrupción, que surge previa al sismo, esta iniciativa del Colegio de Arquitectos de México, Nosotrxs y Demo.Lab, nos invita a todos los profesionales en el medio de la construcción, inversionistas y población en general, a hacer consciencia de las consecuencias que estos actos traen consigo, a organizarnos, vigilar y exigir que estas normas se cumplan, así que me parece un momento excelente compartirlo, de igual manera que los invito a hacerlo.

porque es importante actuar

#CSC | Únete al movimiento | Consecuencias de la Corrupción en México

Pensemos un poco antes de actuar, México solo puede cambiar desde adentro, a partir de los actos más pequeños y en apariencia insignificantes, como evitar saltarnos a personas en la fila o dejar de dar una mordida para evitar una simple multa de tránsito.

Nuestra ciudad es responsabilidad de todos, pero quienes construimos tenemos la capacidad cambiarle la cara, de afectar la vida de las personas y somos responsables de ello. Busquemos un México en el que dejemos de sentirnos identificados con ideas como esa de que el que no tranza no avanza, somos mucho más que eso, construyamos un México honesto, donde prevalezca el Hoy por ti, mañana por mi.

*Inforgrafías propiedad de Construcción sin corrupción y Nosotrxs.
brendachiquito

 

 

 

 

2 Comentarios

  1. Hola!…me pareció muy interesante lo que escribes. Crees que pueda haber alguna forma como usuario, comprador, de poder vigilar, evaluar, constatar, si un edificio cumple con las normas?…si todos los permisos están bien, pues qué más se puede hacer?…El usuario es la parte más vulnerable y más afectada de esta cadena de corrupción.

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    1. Hola! Si es posible, podemos tomar varias acciones. La primera, es una revisión general de la estructura, hay ocasiones en la que a simple vista podemos cuestionar ciertas decisiones de diseño, como columnas que se vean muy angostas para un edifico de muchos pisos y con grandes vanos, en los recientes derrumbes, en algunos casos, fue una constante por la cual la planta baja colapso; es importante que el usuario se informe de un criterio estructural general y aprenda a identificar los elementos estructurales de carga (columnas, trabes o muros de carga), también es recomendable solicitar a alguien preparado y de su confianza que haga la revisión, antes de la compra.

      Otra acción a tomar, sería solicitar los planos estructurales del inmueble, al menos en desarrollos recientes, es más factible que logremos obtenerlos, a partir de ellos se puede hacer nuevamente una revisión y ahora viene la parte complicada, que es la de la confianza, desafortunadamente, aunque podamos revisar elementos, en ocasiones estos pueden quedar cubiertos y no ser visibles o no siempre tenemos acceso a cimentaciones, por ejemplo, no podemos verificar el refuerzo de una columna sin romperla, para asegurarnos que está construida como dice el plano, aquí la importancia de la ética profesional y de hacer un llamado evitar actos de corrupción.

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